Nuestra cita


Me ves aparecer con un andar elegante. Nos saludamos con un beso suave pero apasionado, reflejando las ganas que teníamos de encontrarnos.

Nos dirigimos a la suite, donde nos tomamos cócteles en el cálido salón mientras los últimos rayos del sol tiñen el cielo de tonos suaves.

Entre sorbos, compartimos pensamientos y risas, creando una conexión más profunda con cada palabra. Nuestros roces son delicados, nuestros besos apasionados y nuestras caricias revelan una intimidad que va más allá de las palabras. La tensión romántica se eleva, creando una atmósfera llena de anticipación y deseo.

Llegamos al máximo punto de tensión, un momento lleno de emoción y complicidad. Sin embargo, decidimos disfrutar de la magia del instante, saboreando la conexión única que hemos creado.

Al día siguiente, nos despedimos con la promesa de una próxima cita, dejando en el aire la emoción de lo que está por venir, mientras los recuerdos de esa noche romántica permanecen en nuestros corazones.